El fenómeno #Aristemo

LGBT, Mexico, TV

Las historias sobre gays en telenovelas mexicanas no son algo nuevo. Desde los 90’s han aparecido personajes secundarios que casi siempre siguen una historia predefinida: miedo y confusión por su atracción hacia el mismo género, melodramática salida del clóset, rechazo social y finalmente aceptación e integración a la familia (con pareja estable). El asumir una identidad gay suele presentarse como una odisea de lágrimas, hostilidad e incluso violencia.

Mi marido tiene más familia (MMTMF) no se desvía mucho de la fórmula pre-establecida para este tipo de historias, pero el enfoque más digno, cotidiano y tierno (empalagoso incluso) con que trató a Aristóteles y Temo creó, tal vez accidentalmente, el fenómeno de redes sociales llamado Aristemo. Fue tal el impacto con el público, particularmente en Twitter, que después de extender la duración de la novela se le dio más tiempo en pantalla a la relación de Aristemo, y al terminar la novela se produjo una obra de teatro y subsecuentemente un spin-off “protagonizado” (más adelante explicaré por qué entre comillas) por la pareja. Incluso GLAAD premió a estos personajes por considerarlos una representación sumamente positiva e innovadora en el contexto de la televisión en América Latina.

Algo nunca antes visto en televisión (abierta mexicana)

La existencia de Aristemo es un paso hacia adelante en cuanto a representación gay en medios de comunicación masivos mexicanos: los chicos no se ven forzados a asumir roles tradicionales híper masculinos, se permiten ser sensibles sin llegar a lo caricaturesco y eventualmente se besan sin censura como cualquier otra pareja romántica. A pesar de lo anterior , la trayectoria del fenómeno no está exenta de sus tropiezos y situaciones problemáticas. Me parece necesario analizar estos aspectos negativo para entender cómo fue que lo que inició como una mirada más honesta y normalizadora de unos chicos gays se convirtió en una manipulación de las audiencias y últimamente en potencial desperdiciado. Parece ser que la televisión abierta aún no está comprometida en presentar historias de personajes LGBT+ que salgan del molde pre-establecido. Además de celebrar los avances, debemos tener la capacidad y disposición de criticar.

#Aristemo

MMTMF es en realidad la segunda temporada de Mi marido tiene familia (basada en una novela coreana). Al concluir la historia adaptada, la versión mexicana crea su propio argumento e introduce nuevos personajes, entre ellos Cuauhtémoc “Temo” López (Joaquín Bondoni), un adolescente nuevo en la ciudad de Oaxaca que desde un inicio se identifica como gay, aunque dentro del clóset aún. Su interés amoroso es Aristóteles “Aris” Córcega, otro chico que es aspirante a artista y apenas está descubriendo su sexualidad.

La relación Aristemo, así bautizada por las audiencias, cautivó a mucha gente debido a la representación tierna  y sincera de lo que es ser un adolescente descubriéndose a sí mismo. En un principio Aris no tenía una idea clara de su sexualidad, y esto le causaba conflicto a ambos. Temo sufría por no saber si su amor sería correspondido. Este will they or won’t they? fue el gancho que atrapó a los espectadores quienes lograron hacer tendencia recurrente el hashtag #Aristemo para mostrar su apoyo a esta pareja de ficción.

A favor de MMTMF también podemos decir que el drama familiar de la salida del closet, si tal vez ya es un cliché a estas alturas, no escala a proporciones exageradas y son más los personajes que muestran su apoyo que los que rechazan. ¿Un reflejo del México contemporáneo?

Televisa no tardó en darse cuenta del fenómeno que tenían en manos, por lo que comenzó a aprovechar su poder con los seguidores para mantenerlos enganchados a la novela. El término “Aristemo” comenzó a ser utilizado por los propios personajes, incluso cuando no sonara natural.

La declaración de noviazgo de Aris a Temo después de un número musical (nadie dijo que las telenovelas fueran realistas) va algo como:

— Quiero decirte que… somos Aristemo.

— ¿Somos Aristemo?

— No pues esa es una pregunta que tienes que contestarme tú, Cuauhtémoc López.

— Sí, Aristóteles Córcega. Somos Aristemo.

[…]

— Claro que no es un sueño. Esto está pasando, es neta.

— Esto no va a ser fácil. Hay mucha gente que todavía no está lista para nosotros, para Aristemo.

— No, no no. A ver, pues qué chido que no lo estén, porque así tú y yo vamos a poder callarlos a todos.

Más que una declaración de amor parece un meta-comentario de Televisa, confirmando que están comprometidos a romper esquemas y darle a la audiencia lo que pide. Después del éxito de la producción, se amplía el número de capítulos y la historia se alarga más de lo inicialmente planeado. Y parece ser que ahora que la pareja estaba junta, se necesitaba otro gancho para mantener a la gente cautiva. La decisión fue usar el beso entre los adolescentes como carnada.

Queerbaiting o Kissbaiting

El término queerbaiting se utiliza en crítica de medios para hablar de una potencial relación homosexual entre personajes, que a pesar de estar sugerida, nunca se hace explícita. Ejemplos de ello son Finn y Poe en Star Wars, Sherlock Holmes y Watson o Capitán América y Bucky en el Marvel Cinematic Universe. La carnada (bait) se utiliza para atraer a un público LGBT+ hambriento de representación sin tener que comprometerse del todo a desarrollar abiertamente este tipo de historias.. Así se obtiene más audiencia sin alienar o hacer enfadar a grupos conservadores, o simplemente por no querer hacer un esfuerzo extra en integrar orgánicamente este tipo de relaciones.

MMTMF no cae en la definición tradicional de queerbaiting, sería algo más como kissbaiting, pero logró un efectos similar al guardarse el beso que sabe que la audiencia espera y no tiene justificación para no mostrar. En cualquier otra telenovela juvenil una declaración de noviazgo concluiría en un beso, así como en la vida real. La decisión de la producción fue guardar este momento indefinidamente para que hubiera algo que esperar. Así lograron que los fans en Twitter estuvieran al pendiente todos los días pidiendo que los personajes por fin unieran sus labios. El productor Juan Osorio se pronunció al respecto primero negando y luego prometiendo el evento. Mientras tanto en la novela se creaban situaciones donde Aris y Temo estaban en la intimidad y bien podían hacerlo, pero eran detenidos por alguien más o simplemente era una finta.

Querían un beso, ¿no?

Para echarle sal a la herida, en los capítulos adicionales se introdujeron nuevos personajes en la historia, entre ellos Yolotl, que aunque por su nombre podría pensarse que sería una chica de ascendencia indígena, no es así (pero el tema del racismo y blanqueamiento de personajes en la novela es tema aparte). Esta adolescente se interpondría entre la pareja gay e intentaría enamorar a Aris. El primer gran enojo de la audiencia fue cuando en los créditos iniciales de la novela se presentaba un beso (no correspondido) entre “Yolo” y Aris, enfureciendo a los fans a tal grado que eventualmente se eliminó esta toma de la introducción.

En la recta final de la novela los escritores se permitieron explorar las primeras citas de Aris y Temo, con situaciones cotidianas y tiernas, con los seguidores siempre a la espera del prometido beso. En un punto los dos chicos se hacen tatuajes idénticos para demostrarse su amor. Para Todo eso es aceptable de mostrar, pero EL beso debe guardarse forzosamente hasta que la audiencia esté lista, es decir, hasta el último capítulo. Efectivamente, en el último capítulo Aris y Temo se besan no solo una sino DOS veces.  Gracias Juan Osorio y producción por ser tan generosos con su audiencia.

Finalmente las muestras de cariño de la pareja se presentaron de manera digna, romántica y honesta, probablemente por la buena química de los actores. El público, principalmente en redes sociales, respondió de manera muy positiva, poniendo una telenovela de televisión abierta (un medio en decadencia) al centro de la conversación y generando tal impacto que recibieron el GLAAD award por su buena representación en la televisión de habla hispana. Si es por popularidad, Aristemo se puede considerar un éxito. Pero por mi parte no puedo dejar de ver el contexto y todo lo que le precedió y no termino de estar satisfecho.

Cuando algo tiene un éxito inusitado hay que aprovecharlo al máximo, así que inmediatamente Televisa anunció dos spin-offs dedicados a Aristemo, una obra de teatro llamada “Aristemo el musical” y una serie-telenovela llamada “Juntos, el corazón nunca se equivoca” (JECNSE).

La obra de teatro, como su nombre lo indica, es un musical compuesto por canciones que sospecho son del disco debut de Emilio Osorio y es una historia que no es parte del canon de las novelas. Al parecer por las reacciones, igual que en la telenovela, un breve beso se guarda para el final. Las viejas costumbres son difíciles de superar.

Juntos, el corazón nunca se equivoca, el nombre más cursi de todos los tiempos

¡Cuántos personajes gays! (2)

La expectativa para JECNSE era grande, después de todo sería la primera telenovela con protagonistas gays en la televisión mexicana. La audiencia estaba ya establecida y ayudaría a Televisa a conectar con el público joven que ya no ve televisión abierta. La obra de teatro había sido un éxito y Osorio y Bondoni hacían frecuentes apariciones en distintos programas de televisión e internet para mantener vivo el fenómeno.

La premisa de la telenovela (¿o serie?, solo tiene 26 capítulos) es que Aris y Temo se mudarían a la Ciudad de México para estudiar la universidad. La pareja estaría migrando de una ciudad pequeña y conservadora a la más grande y abierta del país. El sueño de Aris de ser artista podría ser el enfoque, así como los problemas de una relación viviendo bajo el mismo techo. Podrían incluirse nuevos personajes que ejemplificaran la diversidad sexual y de género y abordar historias nunca antes contadas en las telenovelas. ¿Sería esto el inicio de una nueva era de entretenimiento más inclusivo y de acorde a la realidad de la gente LGBT+?

Antes de su estreno oficial en televisión Televisa subió el primer episodio a internet como pre-estreno. Mi primera impresión fue positiva, aunque las señales del desastre estuvieron desde el principio al verlo en retrospectiva. Como punto a su favor, Aris y Temo se llamaban el uno al otro como novios y los demás personajes también se referían a ellos así. Out and open y aceptados por la familia, daba la impresión que la homofobia no sería ya un problema tan relevante en la trama. También debo confesar que la canción de los créditos finales es muy pegajosa.

Algo que me llamó mucho la atención era el elenco. Contrario a lo que se podría pensar de un spin-off de adolescentes, la mayoría de los demás actores eran adultos mayores de 40, caras conocidas de telenovelas de antaño. Sospecho que el fin de esto era conservar la audiencia de “señoras que ven telenovelas” que podrían no sentirse identificadas con personajes más jóvenes (y LGBT+). Después de todo, JECNSE pasaría en horario estelar de 8:30 a 9:30 de la noche.

Los jóvenes se identifican mucho con señoras de más de 40.

Peor aún, aparte de Aris y Temo, solo había otro personaje abiertamente gay relevante, Diego, quien ya había aparecido esporádicamente en MMTMF. Un cuarto y quinto personaje, el adolescente Mateo y la señora Nora, podrían ser gay y lesbiana respectivamente (o bi), pero no se dice explícitamente. A él lo emparejan con Diego un poco a manera de queerbaiting. Y a ella la muestran sufriendo el rechazo de su hermana por amar a otra mujer llamada B. No se molestan en darle un nombre de verdad a esta mujer o mostrarla siquiera claramente hasta el último capítulo a manera de sorpresa. Decepcionante…

Puede parecer muy trivial mi insistencia con este tema, pero el primer beso de Aris y Temo ocurre hasta alrededor del cuarto capítulo, mientras que en el primer episodio se muestra uno entre Ubaldo (el villano de la historia) y Carlota, quienes tienen una amplia diferencia de edad y su relación no es particularmente romántica. Él se está aprovechando y ella lo permite porque necesita información para resolver el misterio de la muerte de su hermano (telenovelas a final de cuentas). Sospechoso…

Una historia de política y dramas genéricos de telenovela (y una pareja gay por ahí también)

Hablar a detalle sobre la trama de la serie no creo que valga la pena. Mi teoría es que Televisa tenía guardado por ahí el guion de una telenovela sin producir sobre política y solo le metió a los Aristemo con calzador. A grandes rasgos, Ubaldo es un político corrupto que mandó asesinar al hermano de Carlota y los demás deben resolver el misterio y evidenciar la maldad del político para frenar su trayectoria y hacer justicia. Definitivamente una trama MUY gay.

La mamá de Aris, Polita se instala desde el principio como vecina de la pareja y sus roomies, limitando la posibilidad de contar historias sobre absoluta independencia de los padres. Ella muere repentinamente a mitad de la serie y reaparece después ocasionalmente como fantasma-espíritu-alucinación (because telenovelas). Brevemente se contempla la posibilidad de que Aris y Temo adopten al hermanito menor del primero pero (tal vez afortunadamente) no le dan seguimiento a esto.

Otro personaje que regresa de MMTMF es el papá de Temo, Pancho, un personaje más odioso que Homero Simpson en sus peores épocas. En la recta final de hecho le roba protagonismo a Airstemo y enfrenta directamente a Ubaldo. Carlota y su papá Olegario también son personajes activos dentro de ese conflicto, relegando a Aris y Temo a personajes secundarios en su propia serie.

El melodrama y las situaciones resultan de lo más trilladas, reciclando conflictos genéricos de telenovela sin darle a la pareja gay una historia interesante más que “luchar por estar juntos” aunque, salvo por un balazo, no se siente que haya algo tan peligroso que los pueda separar.

Estas son las sinopsis de un par de capítulos:

“Olegario descubre que Carlota y Ubaldo son amantes; Ubaldo golpea a Soledad tras enterarse de su relación con el profesor Collins.”

“Mateo le dispara a Aris y a Carlota y sus almas se van a un mundo en el que se encontrarán con Andrés; Olegario le cuenta a Elsa el secreto de Carlota.”

Aunque debería serlo, la carrera artística de Aris nunca tuvo gran enfoque en la telenovela, en el capítulo final insertan un fragmento de la obra de teatro de la vida real, pretendiendo darle un cierre a esta historia, aunque carezca de sentido porque Temo canta también y en la telenovela él no tiene pretensiones artísticas.

Esto no es lo que la gente imaginaba cuando se anunció la serie.

Olegario y Ubaldo participan en un enfrentamiento que parece sacado de una historia de narcos. Nora agradece ser aceptada, pero nunca se dice qué es lo que están aceptando ni le dan nombre a B. ¿Tal vez cortaron sus escenas? El product placement nada sutil abunda incluso en el último capítulo. Aris tiene una fantasía donde su papá lo observa mientras besa a Temo, y reaparece su mamá conviviendo con su hermanito. Regresan personajes de MMTMF y se habla sobre cómo la familia es lo más importante, reciclando el tema de la telenovela original.

Muchos fans no estuvieron nada contentos con el desarrolló la serie y mucho menos con el final. Incluso se leían en Twitter burlas de que Carlota era la protagonista y a los chavos gays deberían de hacerles un spin-off.

Infantilización

Otra situación que me llamó mucho la atención es el manejo infantilizado y desexualizado de la relación Aristemo. A pesar de tocar (torpemente) temas como adopción o matrimonio, la parte sexual de la pareja es algo que no se aborda en lo absoluto, salvo un par de excepciones donde “podría” interpretarse que ya hicieron algo. Esto no es algo nuevo de JECNSE, ya que en la telenovela original la pareja aparecía frecuentemente agrupada con los niños pequeños de la familia, impidiendo que sus interacciones fueran más adultas.

Aris y Temo viven una relación donde se declaran su amor constantemente, pero evaden hablar sobre experiencias sexuales. Esto además de ser (debatiblemente) muy cursi, es totalmente irreal. A esa edad y viviendo juntos en una nueva ciudad, dos universitarios que se quieren y son novios experimentando plenamente su sexualidad sería lo más lógico. No estoy diciendo que fuera necesario mostrar escenas sexuales, pero pretender que es algo que no ocurre es francamente querer evadir la realidad. Alguna vez vi telenovelas juveniles de más chico y recuerdo que el sexo era parte importante en la vida de los jóvenes. Pero tal vez estoy pidiendo mucho si mostrar un beso aparentemente es altamente controversial.

Por cosas como estas, la primera serie gay de la televisión abierta acaba siendo una telenovela genérica carente de identidad, que además no supo, o no se atrevió, a cumplir lo que inicialmente prometió: contar una historia auténtica sobre una pareja gay viviendo en CDMX. Estoy casi seguro que hubo censura detrás de cámara que impidió que se tocaran ciertos temas, pero el pésimo guion no tiene excusa. Tal vez a Televisa nunca le importó realmente la calidad del producto y solo quería explotar un fenómeno que no entendió realmente cómo ocurrió en primer lugar.

Últimos pensamientos

No puedo decir que el fenómeno Aristemo fue un desastre. Si nos guiamos por las reacciones en redes sociales, el poder ver una relación gay tratada dignamente (en MMTMF y JECNSE en menor medida) le dio esperanza y ánimo a muchos jóvenes para vivir más abiertamente. Incluso al día de esta publicación, KCA con Aristemo es TT en Twitter, a pesar de que la serie terminó el 26 de julio. Quiero suponer también que la popularidad de la pareja también ayudará a normalizar las relaciones gays y lesbianas en sectores más conservadores del país. A final de cuentas, las telenovelas aparte de reflejar realidades de la sociedad, ayudan transformar el pensamiento colectivo y exponer a la audiencia a situaciones y personas que viven realidades distintas. Después de todo, el premio GLAAD no lo ganaron sin una razón.

Se podría debatir sobre el valor de una obra por su impacto social sobre la calidad del producto en sí. Calificar como buena o mala la representación de Aristemo depende del lente con que se analice. Finalmente el público decide el valor que le da a las cosas y el grado de exigencia que pondrá a lo que consume. Televisa intentó replicar la popularidad de Aristemo en la telenovela Amar a muerte con Juliana y Valentina (Juliantina) pero el éxito no fue el mismo. Lo que los productores deben entender es que el éxito de Aristemo no fue planeado. Su popularidad espontánea denota una verdadera necesidad, la de ver historias diversas contadas de manera digna y honesta.

Aristemo fue un paso hacia adelante (con ganas de dar dos para atrás en el spin-off), pero no debe ser el último. Las personajes LGBT+ no deberían presentarse con estándares distintos a los demás y espero que algún día una pareja de gays o lesbianas en televisión no sean noticia porque se dieron un beso sino por tener una buena historia.